domingo, 26 de octubre de 2008

No hay que perder de vista jamás la Realidad Que Nos Rodea, yo soy creyente de que el mundo se cambia desde el lugar de cada uno. También es cierto que en estos últimos años el avance tecnológico nos ha permitido la Independencia En El Manejo De La Información, que bien aprovechado este mundo virtual debería servirnos como disparador para tener, no una sola verdad (como muchas veces nos la plantean los medios de comunicación tradicionales) sino múltiples verdades de las realidades sociales en este planeta. Cuando está en franco cuestionamiento el Sistema Capitalista, por la Avaricia generalizada y el intento de romper con las Identidades de cada pueblo, ofertando la Cultura como un producto en serie y Exaltando El Individualismo como Garantía Segura del Sostén Productivo. La conectividad nos permite el intercambio de experiencias, conocimientos, situaciones, etc. que nos muestran un abanico de soluciones para abordar los problemas respetando la Cultura, Identidad y Costumbres de cada lugar. Y como dice el vídeo:

"Y aunque es malo mantenerse aislado 
cuando todo el mundo está tan conectado 
si el diablo gobierna hay que tener cuidado 
la cultura nunca puede estar de lado
no todo está en venta, no todo es mercado 
árbol sin raíces no aguanta parado ningún temporal"

Dejo constancia que los cantores no hablan de Nuestro Gobierno el de Cristina, por las dudas aclaro, no quiero malas interpretaciones; se están refiriendo a los poderes económicos que queramos o no, tienen una fuerte incidencia en nuestras vidas ya que manejan los medios de infomación. Los que tenemos como único poder económico llegar a fin de mes y ahora esta herramienta maravillosa que es la blogósfera, tendremos que fortalecer y apoyar el poder que elegimos para que nos represente lo más cerca posible de nuestras aspiraciones para contrarestar ese otro "Poder" que nos impone sus caprichos.  

miércoles, 22 de octubre de 2008

Relación De Tiempo
Evita nace un 7 de Mayo de 1919
Muere un 26 de Julio de 1952
Tenía 33 años
Se casó en 1945 a los 26 años 
Necesitó tan sólo 6 Años para desarrollar su Potencial De Acción, su Lucha, su No Olvido a los Necesitados, forjó su Carácter en las Adversidades, dejó que pasaran a través de ella la Palabra y la Acción, pero su Gratitud fue tan grande que se entregó a la Muerte Sin Mezquindades tal como lo había hecho con sus Necesitados. Entonces uno piensa, recuerda, mira un poco hacia atrás y se da cuenta que hubo personas que tuvieron mucho más que seis años para Decir-Hacer y sin embargo desaprovecharon la oportunidad, cuando Evita tuvo la posibilidad simplemente lo Hizo por eso Trascendió Su Espíritu a través del Tiempo. 
Aquí sus Palabras Mayúsculas : párrafos del libro “MI MENSAJE”
LOS ENEMIGOS DEL PUEBLO
“Los enemigos del pueblo fueron y siguen siendo los enemigos de Perón. Yo los he visto llegar hasta él con todas las formas de la maldad y de la mentira. Quiero denunciarlos definitivamente. Porque serán enemigos eternos de Perón y del pueblo aquí y en cualquier parte del mundo donde se levante la bandera de la justicia y la libertad. Nosotros los hemos vencido, pero ellos pertenecen a una raza que nunca morirá definitivamente. Todos llevamos en la sangre la semilla del egoísmo que nos puede hacer enemigos del pueblo y de su causa. Es necesario aplastarla donde quiera que brote si queremos que alguna vez el mundo alcance el mediodía brillante de los pueblos, si no queremos que vuelva a caer la noche sobre su victoria. A los enemigos de Perón yo los he conocido de cerca y de frente. Yo no me quedé jamás en la retaguardia de sus luchas. Estuve en la primera línea de combate; peleando los días cortos y las noches largas de mi afán, infinito como la sed de mi corazón, y cumplí dos tareas. ¡No sé cuál fue más digna de una vida pequeña como la mía, pero mi vida al fin! Una, pelear por los derechos de mi pueblo. La otra, cuidar las espaldas de Perón. En esa doble tarea, inmensa para mi, que no tenía más armas que mi corazón enardecido, conocí a los enemigos de Perón y de mi pueblo. Son los mismos. iSí! Nunca vi a nadie de nuestra raza y la raza de los pueblos! peleando contra Perón. A los otros en cambio, si... A veces los he visto fríos e insensibles. Declaro con toda la fuerza de mi fanatismo que siempre me repugnaron. Les he sentido frío de sapos o de culebras. Lo único que los mueve es la envidia. No hay que tenerles miedo: la envidia de los sapos nunca pudo tapar el canto de los ruiseñores. Pero hay que apartarlos del camino. No pueden estar cerca del pueblo ni de los hombres que el pueblo elige para conducirlos. Y menos, pueden ser dirigentes del pueblo. Los dirigentes del pueblo tienen que ser fanáticos del pueblo. Si no, se marean en la altura y no regresan. Yo los he visto también con el mareo de las cumbres.
LOS FANÁTICOS
Solamente los fanáticos -que son idealistas y son sectarios- no se entregan. Los fríos, los indiferentes, no deben servir al pueblo. No pueden servirlo aunque quieran. Para servir al pueblo hay que estar dispuestos a todo, incluso a morir. Los fríos no mueren por una causa, sino de casualidad. Los fanáticos sí. Me gustan los fanáticos y todos los fanatismos de la historia. Me gustan los héroes y los santos. Me gustan los mártires, cualquiera sea la causa y la razón de su fanatismo. El fanatismo que convierte a la vida en un morir permanente y heroico es el único camino que tiene la vida para vencer a la muerte. Por eso soy fanática. Daría mi vida por Perón y por el pueblo. Porque estoy segura que solamente dándola me ganaré el derecho de vivir con ellos por toda la eternidad. Así, fanáticas quiero que sean las mujeres de mi pueblo. Así, fanáticos quiero que sean los trabajadores y los descamisados. El fanatismo es la única fuerza que Dios le dejó al corazón para ganar sus batallas. Es la gran fuerza de los pueblos: la única que no poseen sus enemigos, porque ellos han suprimido del mundo todo lo que suene a corazón. Por eso los venceremos. Porque aunque tengan dinero, privilegios, jerarquías, poder y riquezas no podrán ser nunca fanáticos. Porque no tienen corazón. Nosotros sí. Ellos no pueden ser idealistas, porque las ideas tienen su raíz en la inteligencia, pero los ideales tienen su pedestal en el corazón. No pueden ser fanáticos porque las sombras no pueden mirarse en el espejo del sol. Frente a frente, ellos y nosotros, ellos con todas las fuerzas del mundo y nosotros con nuestro fanatismo, siempre venceremos nosotros. Tenemos que convencernos para siempre: el mundo será de los pueblos si los pueblos decidimos enardecernos en el fuego sagrado del fanatismo. Quemarnos para poder quemar, sin escuchar la sirena de los mediocres y de los imbéciles que nos hablan de prudencia. Ellos, que hablan de la dulzura y del amor, se olvidan que Cristo dijo: "¡Fuego he venido a traer sobre la tierra y que más quiero sino que arda!" Cristo nos dio un ejemplo divino de fanatismo. ¿Qué son a su lado los eternos predicadores de la mediocridad?
NI FIELES NI REBELDES
Yo he medido con la vara de mi corazón la frialdad y el fanatismo de los hombres. Los dos extremos han desfilado permanentemente ante mis ojos. El paisaje de estos años de mi vida es un inmenso contraste de luces y sombras. En todos los momentos de esta vida mía me es dado contemplar y sufrir ese tremendo encuentro del fanatismo y de la indiferencia. Confieso que no me duele tanto el odio de los enemigos de Perón como la frialdad y la indiferencia de los que debieron ser amigos de su causa maravillosa. Comprendo más y casi diría que perdono más el odio de la oligarquía que la frialdad de algún hijo bastardo del pueblo que no siente ni comprende a Perón. Si alguna cosa tengo que reprocharle a las altas jerarquías militares y clericales es precisamente su frialdad y su indiferencia frente al drama de mi pueblo. Sí, no exagero: lo que sucede en nuestro pueblo es drama, auténtico y extraordinario drama por la posesión de la vida, de la felicidad, del simple y sencillo bienestar que mi pueblo venia soñando desde el principio de su historia. El 17 de octubre fue el encuentro del Pueblo con Perón. Aquella noche inolvidable se selló el destino de los dos, y así empezó el inmenso drama... Frente a un mundo de pueblos sometidos Perón levantó la bandera de nuestra liberación. Frente a un mundo de pueblos explotados Perón levantó la bandera de la justicia. Yo le sumé mi corazón y entrelacé las dos banderas de la justicia y de la libertad con un poco de amor... pero todo esto -la libertad, la justicia y el amor, Perón y su pueblo-, todo esto es demasiado para que pueda mirarse con indiferencia o con frialdad. Todo esto merece odio o merece amor. Los tibios, los indiferentes, las reservas mentales, los peronistas a medias, me dan asco. Me repugnan porque no tienen olor ni sabor. Frente al avance permanente e inexorable del día maravilloso de los pueblos también los hombres se dividen en los tres campos eternos del odio, de la indiferencia y del amor. Hay fanáticos del pueblo. Hay enemigos del pueblo. Y hay indiferentes. Estos pertenecen a la clase de hombre que Dante señaló ya en las puertas del infierno. Nunca se juegan por nada. Son como "los ángeles que no fueron ni fieles ni rebeldes".
LOS AMBICIOSOS

Enemigos del pueblo son también los ambiciosos. Muchas veces los he visto llegar hasta Perón, primero como amigos mansos y leales, y yo misma me engañé con ellos, que proclamaban una lealtad que después tuve que desmentir. Los ambiciosos son fríos como culebras pero saben disimular demasiado bien. Son enemigos del pueblo porque ellos no servirán jamás sino a sus intereses personales. Yo los he perseguido en el movimiento peronista y los seguiré persiguiendo implacablemente en defensa del pueblo. Son los caudillos. Tienen el alma cerrada a todo lo que no sean ellos. No trabajan para una doctrina ni les interesa el ideal. La doctrina y el ideal son ellos. La hora de los pueblos no llegará con ningún caudillo porque los caudillos mueren y los pueblos son eternos. Por eso es grande Perón, porque no tiene otra ambición que la felicidad de su pueblo y la grandeza de su Patria. Y porque ha creado una doctrina -una doctrina es un ideal- para que su pueblo siga su doctrina y no su nombre. Yo pienso, en cambio, que los pueblos cuando encuentran un hombre digno de ellos, no siguen su doctrina, sino su nombre. Porque en el hombre y en el nombre ven encarnarse a la doctrina misma y no pueden concebir la doctrina sin su creador. Por eso yo no puedo concebir al justicialismo sin Perón, y por eso he declarado tantas veces que yo soy peronista, no justicialista. Porque el justicialismo es la doctrina, en cambio el peronismo es Perón y la doctrina. ¡La realidad viva que nos hizo y que nos hace felices! Los caudillos en cambio, los ambiciosos, no tienen doctrina porque no tienen otra conducta que su egoísmo. Hay que buscarlos y marcarlos a fuego para que nunca se conviertan en dueños de la vida y las haciendas del pueblo. Yo los he conocido de cerca y de frente, y algunas veces incluso me han engañado, por lo menos momentáneamente. Hay que identificarlos y hay que destruirlos. La causa del pueblo exige nada más que hombres del pueblo que trabajen para el pueblo, no para ellos. En esto se distinguen los ambiciosos: en que trabajan para ellos, nada más que para ellos. Nunca buscan la felicidad del pueblo, siempre buscan más bien su propia vanidad y enriquecerse pronto. El dinero, el poder y los honores son las tres grandes "causas", los tres "ideales" de todos los ambiciosos. No he conocido ningún ambicioso que no buscase alguna de estas tres cosas o las tres al mismo tiempo. Los pueblos deben cuidar a los hombres que elige para regir sus destinos. Y deben rechazarlos y destruirlos cuando los vean sedientos de riqueza, de poder o de honores. La sed de riquezas es fácil de ver. Es lo primero que aparece a la vista de todos. Sobre todo a los dirigentes sindicales hay que cuidarlos mucho. Se marean también ellos y no hay que olvidar que cuando un político se deja dominar por la ambición es nada más que un ambicioso; pero cuando un dirigente sindical se entrega al deseo de dinero, de poder o de honores es un traidor y merece ser castigado como un traidor. El poder y los honores seducen también intensamente a los hombres y los hacen ambiciosos. Empiezan a trabajar para ellos y se olvidan del pueblo. Esta es la única manera de identificarlos. El pueblo tiene que conocerlos y destruirlos. Solamente así, los pueblos serán libres. Porque todo ambicioso es un prepotente capaz de convertirse en un tirano. ¡Hay que cuidarse de ellos como del diablo! 
No quisiera morirme, por Perón y por mis descamisados. No por mí, que he vivido todo lo que tenía que vivir. Perón y los pobres me necesitan.
¿Sabrán mis "grasitas" todo lo que yo los quiero? 
Si alguien me preguntase, en estos momentos difíciles y amargos de mi vida, cuál es mi deseo más ferviente y cuál mi voluntad más absoluta, yo les diría: vivir eternamente con Perón y con mi pueblo. Muchas veces, en las horas largas y duras de mi enfermedad, he deseado vivir no por mí, que ya he recibido de la vida todo cuanto podía pedir y más todavía, sino por Perón y por mis "grasitas", por mis descamisados. La enfermedad y el dolor me han acercado a Dios y he aprendido que no es injusto todo esto que me está sucediendo y que me hace sufrir. Yo tenía todas las posibilidades de tomar, cuando me casé con Perón, el camino equivocado que conduce al mareo de las altas cumbres. En cambio Dios me llevó por los caminos de mi pueblo y por haberlo seguido he llegado a recibir como nadie el cariño de los hombres, de las mujeres, de los niños y de los ancianos. Pero le pido a Dios que me dé algunas vacaciones en mi sufrimiento."
Material fotográfico extraído de http://humano.ya.com/flasheva/index.htm

martes, 21 de octubre de 2008

Revolución Justicialista

Revolución + Idiólogo - Realizador + 100000 Predicadores = FORMULA IMBATIBLE

Afiche Peronista alusivo a la ley 13.010